Lo extranjero by Franco Puricelli

(blog de Franco)

Los muros se construyen por el mismo motivo por el que se establecen aduanas y fronteras: para alimentar el mito de la existencia de lo extranjero. Ese mundo que el turista experimenta de una manera inofensiva, toda esa fingida cordialidad y buen trato, escondería en realidad unos perversos deseos de dominación económica y de invasión territorial. Los muros y las aduanas están para recordarnos a todos que la semejanza entre los seres humanos es un simulacro, para educarnos en la idea de la existencia de lo extranjero como tal.

     Pero lo extranjero no existe, no es más que un puro accidente institucional. Cualquiera de nosotros puede ser testigo de la artificialidad de las fronteras, cualquiera puede advertir la imposibilidad de encontrar un sentido oculto en esas líneas dibujadas con tiza. Misteriosamente, hay quienes enseñan que es posible tomar estos garabatos legales como parámetros objetivos para el miedo o el orgullo.    

     Difundida y consolidada esta ficción en todo el orbe, nos han tenido que explicar que existen unas personas llamadas extranjeros, y que no hay que dejarlas entrar a ellas ni a lo que hacen, porque de lo contrario nuestra identidad tal como la conocemos se pervertiría. Porque también nos han tenido que explicar eso, que existe una cosa llamada nuestra identidad tal como la conocemos, y que hay que cuidarla con muros y aduanas.

Un comentario

  1. En mi opinión, lo que se trata de impedir, no es que el extranjero venga, entre y se quede. Lo que se trata de impedir es que ese proceso no sea controlado.
    Es exactamente lo mismo que sucede con el DNI. ¿Qué pasaría si hubiera personas que no tuvieran DNI? Sería un descontrol.
    No se trata, por tanto, de impedir, sino de controlar.

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