
By JJ Zaratruciano (link blog)
Llevo dos meses bañándome con agua helada en las mañanas. Siento que salgo más fuerte físicamente, nadie me saca esa idea. Siento que gano una batalla cada día. Conocí esta técnica por el gurú del frío Wim Hof y decidí intentarlo. Claramente no es para cualquiera. Semejante azote de incomodidad requiere cierto grado de masoquismo; un masoquismo con sentido.
Aquí en el Sur del mundo aún no entramos en invierno, y el frío todavía es tolerable. Cada mañana me pregunto ¿Cómo será cuando me levanté tiritando? ¿Cómo será cuando el frío sea insoportable y sucumba ante la seductora calidez del agua tibia?. Ese tema se lo dejaré al JJ del futuro.