El último libro de la filósofa catalana Marina Garcés reúne un conjunto de ensayos circunstanciales bajo el título general «Malas compañías» (Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2022). Una de esas compañías es el dramaturgo Georg Bückner a quien aborda en el primer ensayo titulado «Se puede negar el mal pero no el dolor».
No sabía nada de este médico y dramaturgo alemán, autor de «La muerte de Danton» (1835), y fui rápidamente a consultar su entrada en Wikipedia. Me llamó la atención su temprana muerte por tifus en 1837, cuando solo contaba con veintitrés años y cuatro meses. También me impactaron sus últimas palabras que, al parecer, repetía delirando y que Caroline Schulz (1801-1846) —que lo cuidó en su lecho de muerte— recogió en su diario: «No tenemos demasiados sufrimientos, sino demasiados pocos, porque por medio del sufrimiento nos unimos con Dios».
Me impresionó que un escritor, que se consideraba ateo y materialista, muriese rezando o añorando a Dios en su doloroso delirio. El sufrimiento quizás a muchos separa de Dios, pero a otros —pienso ahora en mí cuando se cumple un año de mi intervención quirúrgica en el corazón— puede también acercar a Dios.
Pamplona, 1 de diciembre 2022
Ilustración: Detalle del ojo de san Juan en el “Descendimiento de la cruz” (antes de 1443), de Rogier van der Weyden, Museo del Prado.
«Me impresionó que un escritor, que se consideraba ateo y materialista, muriese rezando o añorando a Dios en su doloroso delirio.»
Aquí tenemos una vicepresidenta comunista que se reúne con el Papa y le hace regalos.
Tal vez sea porque sufre.
Los designios del Señor…
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