De libros y reflexiones

By Mercedes G. Rojo

Serie: La mirada lectora

A veces la vida es una sucesión de casualidades que te van llevando por un camino en el que se van sucediendo toda una serie de hechos encadenados. Aparentemente, esos hechos son casuales y no tienen nada que ver unos con otros, pues uno no te ha llevado directamente al siguiente. Se han ido produciendo de manera aleatoria, de manera fortuita. Pero, cuando tras dichos acaeceres tomas un poco de distancia sobre ellos y analizas los hechos,  a veces te preguntas si no habría algo en el destino dispuesto a unirlos entre sí.

Algo así me ha pasado a mí mientras buscaba tema para este nuevo artículo mientras preparaba mis ponencias para el seminario en el que hayo sumergida en estos días. Por casualidad, brujuleando entre mis múltiples notas, me di de lleno con este recordatorio de un par de novelas que leí hace algún tiempo,  en un periodo muy próximo entre ellas y que han vuelto de nuevo a mí recuerdo, sin buscarlas, de forma casual. Habían confluido en ellas distintos puntos de conexión, lo mismo que ahora lo hacen con algunos de esos temas en los que estoy implicada. Ambas reflejan fundamentalmente la realidad femenina, y en las dos se aludía, como en algunas de las obras de la autora que ahora mismo centra mis esfuerzos,  a la relación de ambas con las últimas guerras sufridas en España y en Europa. Las ausencias vividas, las vejaciones sufridas, las cicatrices dejadas…, y también el papel representado para luchar contra la injusticia, la barbarie, la discriminación. y la manipulación utilizada tantas veces sobre esas mujeres, por unos y por otros. 

Así que me he dejado llevar por la tentación de volver a compartir aquí (otro momento y otro ámbito diferentes a los que las recibieron por primera vez)  las impresiones vividas con la lectura de dos de esas novelas.

El primero de los libros a los que quiero hacer alusión es La canción de Ruth, de Marifé Santiago bolaños, una novela diferente, que a través de la historia de su protagonista nos va enlazando la de diversas generaciones desde el dolor y la memoria. Se trata de una novela con una estructura muy poco convencional con la que su autora, a partir del rico lenguaje y el pulso poético que desprende toda su obra,  teje una hermosa y emocionante historia que descansa en la lucha contra el olvido y en la búsqueda de los orígenes del dolor personal y colectivo de quienes han vivido una época decisiva en la construcción del siglo XX.

la otra novela llegó a mis manos como regalo de reyes de una buena amiga. Aunque había oído muy buenas críticas al respecto, de momento no tenía intención de leerlo, pero la  circunstancia del regalo me hizo cambiar de opinión, pues  no me gusta dejar en el olvido los libros con los que expresamente me obsequian. Reconozco que me pilló en un momento en el que las novelas largas me daban un poco de “pereza”, quizá provocado por la falta de tiempo que arrastro con tantas cosas entre las manos. Después de quitarme esa pereza que me daba el considerable volumen de El tiempo entre costuras, de María Dueñas, me decidí por fin a leerla. He de reconocer que las primeras páginas me costaron un poco. Tal vez no era aquel el momento más adecuado. Pero poco a poco me fui sumergiendo en la historia hasta quedar definitivamente atrapada. entre amores y desamores de la protagonista, la autora nos va mostrando un excelente retrato de una época histórica demasiado cercana que aún sigue mostrándonos más sombras que luces, y del papel que algunas mujeres pudieron desempeñar en el devenir de los hechos, como espías, como confidentes, como observadoras… un magnífico relato cargado de sorpresas, escrito a la tradicional usanza de las buenas novelas de intriga pero con un trasfondo socio histórico que la ha hecho, para mí al menos, finalmente muy interesante.

Poco tienen en común ambos libros, a mayores de llevar ya algunos años publicados,  a no ser el hecho de que ambos están escritos por mujeres y hablan de mujeres, y de las secuelas que dejan en sus vidas las situaciones bélicas en las que se ven envueltas. Son planteamientos totalmente diferentes, con formas de escritura diferente. Pero ambos nos pueden resultar imprescindibles para comprender la tragedia de la guerra y cómo sus consecuencias trascienden mucho más allá del momento en sí, marcando para siempre las vidas de quienes se ven afectados por ella, especialmente de quienes son o se consideran más débiles, y por tanto más vulnerables, generalmente niños y mujeres. Libros, como otros muchos, escritos por mujeres, protagonizados por mujeres pero no escritos “exclusivamente” para mujeres, que vienen a mostrarnos el punto de vista de esa otra parte de la sociedad que en los conflictos bélicos se llevan la peor parte, la de la humillación, el castigo y la venganza hacia el enemigo; libros trabajados con maestría de forma y lenguaje, atemporales, a cuya lectura podemos enfrentarnos en cualquier momento o incluso recuperarla si ya hubo un tiempo en que pasó por nuestras manos.

Y puesto que el verano suele ser a menudo tiempo de lecturas, aquí quedan por mi parte la recomendación de estas que sin duda les animarán a acercarse a otras obras de las mismas autoras o a otras propuestas que indagan en semejantes periodos y/o circunstancias. Feliz verano.

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