MUJERES EN EL «CAMINO» -VI. EL FOLKLORE: LITERATURA Y MÚSICA.

By Mercedes G. Rojo

Peregrinas: Un alto en el Camino. Foto MGR

Termino este ciclo dedicado al aspecto femenino del Camino de Santiago, acercándome a otros aspectos que recogen la presencia de la mujer en las rutas jacobeas, concretamente  folklore, música y literatura, elementos todos ellos a menudo entrelazados. En dichas manifestaciones, más o menos populares, queda clara la impronta de la huella de mujer y se convierten en los más frecuentes indicios para documentarla.

Las manifestaciones literarias más antiguas nos llevan a las Cantigas de Santa María, de  Alfonso X el Sabio, quien  a menudo utilizó en ellas el tema jacobeo desde diversos aspectos, como las dedicadas a las distintas advocaciones de la Virgen veneradas a lo largo del Camino. Por ejemplo:  a la imagen venerada en el Santuario de Le Puy dedica las Cantigas 127, 262 y 341; a la del Santuario de Santa María de Rocamador, las 8, 153, 157,158, 159, 214, 331, 343; a la Virgen de Villasirga, las 218, 268, 278, etc., hasta 12; a la Virgen del Manzano (Virgen de Almazán o Santa María de Castrogeriz) otras como la 242, la 249 y la 266 que se refieren a la protección milagrosa que  esta Virgen obraba sobre fieles o personas que participaban en la edificación de su santuario.

Pág. inicial de la obra teatral de Tirso de Molina, de un ejemplar conservado en la BNE.

En el teatro,  Tirso de Molina (1579-1648), escribió –en pleno Siglo de Oro – la que quizá sea la única obra de teatro clásico español con tema jacobeo:  La romera de Santiago. Relata el encuentro de una romera (doña Sol, vestida de peregrina) con un noble de la época, que acaba siendo  engañada y violada.  El tema de la violación de las peregrinas parece ser muy del gusto de la época pues aparece reflejado en numerosas composiciones de los cancioneros españoles y portugueses de entonces, en los que el violento protagonista es siempre un conde, mala persona, bajo diferentes nombres.

La pícara Justina, en edición de 1912

También se tratan desde la literatura aspectos picarescos, especialmente superada la Edad Media. Estos vienen a sustituir otros más piadosos de siglos anteriores. Quedan  reflejados en las relaciones que se establecen entre hombres y mujeres, bajo la disculpa de la peregrinación, plasmados en novelas tales como:  La Duquesa de Saboya, de Mateo Bandello (Italia. 1480-1562),  que  a su vez inspiró La duquesa de la Rosa, de Alonso Ventura de la Vega, o la Patraña VII, del Patrañuelo de Juan de Timoneda.  Hay que mencionar también La pícara Justina (1605), novela picaresca del s. XVII que refleja escenas y hechos curiosos acaecidos a los peregrinos, con la propia Justina como protagonista de la novela, una mesonera estafadora instalada en el Camino de Santiago, a la altura de Mansilla de las Mulas (León).

En las leyendas se unen literatura y folklore, pues muchas de ellas se transmiten por tradición oral. Ello dio lugar a múltiples variantes de los mismos temas, incluso algunas convertidas en canciones. Muchas suelen hacer alusión a la picaresca representada por posaderas o mozas de posada. En ellas, el mundo de la mujer, en general, no suele quedar muy bien parado, tal como se puede apreciar en una de las más conocidas: El milagro del ahorcado, en la que al final resulta castigada la moza del mesón, causante del engaño.  De todas las versiones, quizá la más conocida sea la de Santo Domingo de la Calzada que da origen al único gallinero conocido en el interior de un templo, con la única intención de perpetuar un milagro que data del s. XV. y que genera el dicho popular “Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada”. Es una de las muchas versiones de la leyenda en la que queda reflejada la mala fama de posaderos y mozas a su servicio.

La simbología de «la leyenda del ahorcado» se difunde rápidamente por otros puntos del Camino, bajo diversas formas, dando lugar a  numerosas versiones recogidas por muy variadas fuentes.

La simbología que la leyenda incluye se difunde rápidamente por otros puntos del Camino,  donde también nos encontraremos con “la leyenda del ahorcado” bajo diversas formas que dan lugar a  numerosas versiones recogidas por muy variadas fuentes. A veces cambian los protagonistas, que pueden ser alemanes o franceses, pero el origen siempre es el mismo y la castigada siempre la moza. Entre dichas variantes podemos destacar la recogida en verso en el Llibre de les dones (Jaime Roig.1377? – 1478); la recreada por R. Southey como El peregrino de Compostela, con protagonistas franceses y donde la moza -comparada con la mujer de Putifar- resulta ser la propia hija del mesonero; o la Cançú del romeu i la romera, recogida de la tradición oral por Rodolfo Lloréns y Jordana.

Tenemos también “historias de amor” centradas en el Camino, o con alusión al mismo, como una bella canción francesa titulada La Pernette, donde la protagonista, enamorada de Pierre, ante el intento de sus padres de ser casada con un rico pretendiente prefiere morir junto a su amor y que les entierren en el Camino de Santiago; una especie de Romeo y Julieta del Camino. Esta historia parece que fue muy popular en la época, aunque no parecen haber llegado versiones en castellano.

El tema de “la Virgen Peregrina” aparecerá también en los romances y canciones que circulaban en torno al Camino de Santiago, con distintas propuestas y visiones. De las muchas existentes escojo tres que me han llamado la atención, por su belleza y por su presentación del tema. Siguiendo el recorrido del propio Camino, la primera aparece ligada a la localidad de Leiva; los dos siguientes a tierras maragatas, de las que soy oriunda.

El romance de la Virgen Peregrina (Leiva. La Rioja), hace alusión a una leyenda en la que se inspira la Danza La Peregrina de Leiva, bailada con el traje de peregrino y un ritmo muy pausado, marcado por el golpeteo del bordón o palo largo en el suelo. Combina el tema mencionado con una imagen positiva de las posaderas piadosas y caritativas con los peregrinos.

Un segundo ejemplo de este tema mariano, fue recogido por José Manuel Sutil en Val de San Lorenzo (Maragatería). Se trata de La Peregrina Romera, un clásico romance para ser cantado o salmodiado, de autor desconocido, que nos ha llegado gracias a la tradición oral. Presenta ciertas similitudes con  La Divina Peregrina, con el que cierro este acercamiento, aunque más antiguo y distinto en forma y composición. En su momento fue transcrito respetando las mismas formas del habla maragata con las que se lo cantaron a JM. Sutil. Santa María, disfrazada de peregrina, se encuentra con un rey que se ofrece a llevarla. Ante su negativa, éste se vuelve desilusionado a palacio y allí da órdenes para que vayan en su busca, dándole al pajecillo encargado de ello todas las señas de la romera. Cuando éste por fin la encuentra y le habla de los planes del rey, la peregrina se le muestra como quien es: la Santísima Virgen.

Primera pág. del pliego que recoge el romance de La Divina Peregrina, pieza clave del folklore maragato, una de las comarcas leonesas que el Camino atraviesa casi al final de su recorrido por tierras leonesas.

Finalizamos con La Divina Peregrina, romance hoy convertido en  canción y danza maragata.  Muy popular en su tiempo, como todo lo que se extiende a través de la tradición oral presenta diversas variantes. De todas, parece que la versión impresa guardada en el Museo de los Caminos (Astorga) sería  la más íntegra y auténtica. Tanto el título como su aclaración nos advierte del carácter místico de la composición.

“La Divina Peregrina. Canción mística que cantaba un religioso a María Santísima, apareciéndosele en figura de peregrina, caminando de Roma para Santiago.”

En ella,un religioso peregrino se encuentra con una joven romera de la que se enamora y que en un momento dado desaparece. La tristeza de su pérdida hace que comience su búsqueda dando a cuántos encuentra sus señas. Al entrar en una ermita del Camino descubre asombrado que la “peregrina” que encontró, es la misma cuya imagen contempla en el altar: la Santísima Virgen. Arrepentido de haberse enamorado de la madre de Dios, cae de rodillas pidiendo perdón por su osadía.

Y hasta aquí este recorrido por los distintos aspectos femeninos que podemos encontrarnos por los caminos jacobeos, curiosidades que nos permitirán recorrerlos bajo otra perspectiva en este extrañamente doble año santo compostelano.

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